Decenas, centenares de tebeos de Mortadelo y Filemón han desfilado ante mis ávidos ojos. Tengo tantos y tantos recuerdos de niñez ligados a los mortadelos... Recuerdo a mi madre diciéndome que debía leer algo que no fueran tebeos algún día, para aprender palabras nuevas (yo tendría como 7 u 8). Y le dije que justo ese día había aprendido la palabra monsergas, que les decía el Súper (el superintendente Vicente, obviously) a Mortadelo y Filemón. Déjense de monsergas. Le valió mi argumento. Hace cuarenta años de eso y lo recuerdo vívidamente.
Ya en los 80 los Mortadelos se dividían en los viejos y los nuevos:
En todos los super humores te colaban de rondón unos cuantos de los viejos, para rellenar las historias nuevas (El sulfato atómico, publicado en 1969 pero reeditado en los 80 muchas veces, era, creo, la frontera entre los viejos y los nuevos, cuando Ibáñez pasó de hacerlo muy bien a petarlo muy fuerte).
Ibáñez ha tenido, desde el 58 que publicó la primera de las historias, mucho tiempo para evolucionar. Mortadelo y Filemón han pasado de tener historias autocontenidas a inspirarse abundantemente en sucesos reales (juegos olímpicos, mundiales de fútbol, crisis económicas...), incluso sirviendo en ocasiones para que el autor exprese sus puntos de vista políticos, dentro de la inocencia y el humor blanco que suelen tener.
Pero hay tantos Mortadelos como años desde el 58. Un montón. Y todos ellos son geniales.
Ibáñez metía además muchísimos detalles humorísticos en sus viñetas, completamente independientes del hilo principal de la obra. A veces, claro, estos detalles humorísticos cobraban fama no prevista (clic para ampliar):
En conjunto los Mortadelos, con su más y sus menos, sus altos y bajos, fueron un imprescindible sí o sí de los que nos afilamos los dientes lectores durante los 80. No concibo mi infancia sin ellos. 100%. 5 estrellas. Estatua de bronce al autor. Pensión vitalicia. Loor a Ibáñez. Que lo promocionen a deidad.
Mortadelo y Filemón. El señor de los ladrillos
Se sospecha que Ladríllez Peñón, un pez gordo del mundo inmobiliario, está involucrado en casos de corrupción para ganar millones vendiendo casas mal construidas. Mortadelo y Filemón se infiltrarán en una de sus obras para investigarle y encontrar pruebas para detenerle.
Mortadelo y Filemón. El señor de los ladrillos